Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor bajel:
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel
Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.
Ahora estoy en Nicaragua, el mar y la brisa me mantienen en este ensueño que describe Emily Dickinson.
...Y así me quiero quedar...por ahora.