¿Cómo van a descubrir que algo fue intencional? Ese es el punto del asunto, en la carrera de medicina, dudo que entrara alguno con la intención de lastimar a sus pacientes, el médico en este país no estudia medicina precisamente para mejorar su condición económica (no es un secreto lo mal pagados que somos para el trabajo de riesgo en el que nos encontramos), o para matar a alguien ( a menos que sea un psicópata) sino por vocación, por la dignidad que nos da esa profesión, por amor al prójimo, por salvar vidas.
Seamos honestos, en este país que posee un sistema judicial tan corrupto, en el cual el juez le va al mejor postor, ¿Cuántos médicos inocentes serán enjuiciados injustamente?, y si se llega a probar su inocencia, tendrán la marca de aquella "negligencia" toda su vida y en un pueblo chico donde todo se sabe, su vida y su profesión nunca serán iguales, aparte de todos los daños morales y económicos que le causaron. Y en este país donde los servicios médicos, llámese centros de salud, dispensarios, hospitales públicos, no tienen todos los implementos necesarios para proteger la práctica médica, sin contar con la sobrecarga de trabajo que poseen los residentes en dichos hospitales, (trabajando 24 horas de corrido, con asistenciales al día siguiente), lo que aumenta el riesgo a cometer errores (no malintencionados precisamente), aquellos residentes, ¿Merecen la cárcel o la pérdida de su licencia para ejercer? o ¿será el hospital el culpable? o ¿el sistema sanitario? ¿A quién culpamos? ¿Quién fue malintencionado?
No voy a negar que se han cometido muchos errores en la práctica médica, y muchos han ocasionado pérdidas irreparables a los pacientes y sus familiares, los cuales lo que más desearían es ver a ese médico tras las rejas. Pero, lo importante y por donde debemos empezar es preguntándonos: ¿Cómo podemos evitar que estos eventos vuelvan a suceder? Empecemos por las universidades, aquellas que forman a dichos profesionales, deben ser auditadas, tanto a los profesores, como a los alumnos, y no permitir pasar a aquellos alumnos que toman las clases como un sitio de diversión y fiesta. Los hospitales, centros de salud, dispensarios, deben tener protocolos de atención, para que todos hablemos el mismo idioma, mantener una estricta vigilancia de la asepsia y antisepsia de sus instalaciones, poseer todos los materiales necesarios para que los médicos puedan actuar con calidad y sin riesgo para ellos y los pacientes. En cuanto a nosotros los médicos, debemos tener formación continua, aprender nuestros deberes y derechos, obligarnos a certificarnos cada año, y a actualizarnos dentro y fuera del país, a realizar investigaciones, a aprender en cuanto a los objetivos para la seguridad del paciente, entre otras cosas. ¿El Gobierno auspiciaría eso? o al menos ¿traería al país a médicos internacionales para realizar cursos y congresos para retroalimentación bidireccional? Señor Presidente, en eso debe invertir, y seguir invirtiendo, no en traer médicos de otros países, eso es ofensivo e irrespetuoso para los médicos de su país, aquí tenemos suficientes, buenos y trabajadores, y habrán más si usted permite que se formen en un país donde su profesión es honrada y no castigada. Arreglen esa ley irracional, pero primero dedíquense a arreglar y estudiar bien el sistema educacional y judicial.
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