domingo, 1 de septiembre de 2013

EL RESENTIMIENTO


Por mi vida han pasado muchas personas que padecen esta... quiero llamarla enfermedad, ya que lo único que hace es llevarse la mejor parte de ellos, y cumple su cometido, desaparecer al ser que veía como espectacular por una persona sombría, llena de sentimientos negativos, que me ocasiona rechazo y distanciamiento.
Yo no me considero una persona resentida, y por qué? Porque no odio a nadie,  incluso a las personas que más daño me han hecho, les deseo honestamente lo mejor, y trato de justificar sus malos actos por su inmadurez, inseguridad, malas experiencias pasadas, miedos, pero desgraciadamente sí debo alejarlos de mi, porque no soy yo la indicada para extirpar ese tumor de su mente o su corazón, son ellos mismos sus propios cirujanos. Soy pediatra, no psiquiatra.
Lamento mucho las circunstancias por las que tuvieron que pasar que les ocasionaron tantos demonios, y me apena el hecho de que desperdicien su tiempo fijándose en nimiedades, pero la vida no es color de rosa, no somos perfectos, y si en una relación en la cual hay discusiones y peleas, discursos mal recibidos, promesas incumplidas, falta de atención, rechazos, llantos, no puedes olvidar y perdonar sinceramente, la mejor opción es curarte lejos de aquella persona, tratar de recordar los buenos momentos y aprender de los malos, para así alejar de ti al infame y despiadado resentimiento.  
Cada relación es un aprendizaje, no veo la vida como una sucesión de errores, sino de experiencias que nos hacen crecer y que, si usamos bien nuestra inteligencia,  nos van aclarando el camino hacia lo que realmente queremos en nuestra vida y más específicamente en la pareja que la comparta con nosotros.
No digo que nunca sentí resentimiento, claro que sí, pero no me dura mucho, si he padecido de algo es de olvidar y perdonar muy rápido, porque cuando veo a alguien que se traga su orgullo y pide perdón, lo valoro mucho y confío en sus ganas de ser mejor.  Claro que asi conocí al desengaño, y se me cruzó muchas veces, pero vale la pena, vale la pena tratar y luchar, lo haces, das todo de ti, y si no se arregla pues a levantar la cabeza y continuar con el siguiente capítulo, pero nunca perder la fe...

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