lunes, 11 de agosto de 2014

RECUERDOS Y FOTOS

Siempre he dicho que me gusta mucho el arte, cada vez que he tenido momentos difíciles y me he sentido desahuciada sentimentalmente he recurrido a él, y la verdad me ha ayudado infinitamente, al igual que Dios y mi familia.
Dios y mi familia me inspiran, le dan brisa a las situaciones sofocantes, su amor, su fuerza, su sinceridad, su generosidad, su sabiduría, su autenticidad, llenan mi espíritu, y mientras pasan los días, tengo más claro que son mis ángeles acompañantes, cada uno con su propio y distinto camino, pero si alguno necesita del otro, la unidad vuelve a tomar fuerza. La persona que llegue, lo comprenda y quiera ser parte de eso, es la persona que quiero a mi lado.

El arte es parte de ellos, de todos nosotros, y lo primero que descubrí de él fue la música. Había siempre música en la casa, a mis papás les gustaba mucho el rock de los 60-70, por lo que lo escuchaban, lo bailaban y mi papá lo cantaba y tocaba con la guitarra.  Una de las canciones que más recuerdo es "Me quebraste la vida" que se la cantaba a todo pulmón a mi mamá, cambiándole la letra para hacerla más graciosa y arrancarme carcajadas cada vez que la volvía a tocar.

A temprana edad también descubrí la literatura, claro, al inicio no sabía leer por lo que los cuentos los escuchaba desde cassettes que colocaba en mi grabadora verde de Plaza Sésamo, los escuchaba todo el día hasta que me los aprendí de memoria, tanto así que cuando los contaba, era con todas las voces y sonidos de los personajes, incluída la música que caracterizaba ciertos momentos claves de la historia. Al ser yo tan pequeña eso era todo un espectáculo para la familia.  Luego aprendí a leer, y así descubrí los libros. Mi padre me heredó una colección maravillosa de cuentos rusos, eran unos libros muy grandes y pesados, que yo sacaba con gran dificultad para leerlos una y otra vez, contenían narraciones que jamás había escuchado, eran tan originales como fantásticos, y con unos gráficos que eran una verdadera obra de arte.  Aún los conservo, como aún conservo la enciclopedia de "El Mundo de los Niños", la cual me enseñó tantas cosas en cada uno de sus tomos, como trabalenguas, fábulas, nuevos cuentos, poemas, cuidados y enfermedades comunes de los niños (en el libro de Guía para los Padres), las maravillas del mundo antiguo, manualidades, juegos inventados para hacer en casa (hice algunos), entre otras cosas que iré recordando poco a poco. En cuanto a  las manualidades, en este momento se me viene a la mente una en especial. Cada Navidad yo regalaba tarjetas hechas por mi a mi familia, así que decidí esa vez hacer algo distinto, buscando en el tomo de "Hazlo Tu Mismo" encontré como convertir una piedra en un hermoso pisapapeles, todo lo que se tenía que hacer era pintarla, pegar botones grandes para que sean los ojos y con papel brillante, hacerle la nariz y la boca, así que con el respaldo de mi hermana (obvio) recogimos todos los materiales necesarios para llevar a cabo nuestro proyecto.  Es así como esa Navidad, tanto mis abuelos como mis tíos, recibieron unos paquetes envueltos con papel de regalo un poco arrugado,  que eran muy muy pesados pero que al abrirlos mostraban unas piedras con ojos y boca sonriente, de diferentes colores. Ellos, me imagino que para hacernos felices, agradecieron mucho el regalo tan original y conservaron sus piedritas en sus habitaciones por mucho tiempo o hasta que se despegaron los botones y las sonrisas. Ahí nuestros presentes volvieron a su lugar de origen, el jardín de la casa.  Al único que no le hizo mucha gracia el regalito fue a mi abuelo, el cual vio con una ligera sospecha su piedra-pisapapeles, sospecha que fue corroborada a la mañana siguiente al encontrar desbaratada su jardinera de piedra, ups!
Como me gustaba mucho leer y ver gráficos y ya no podía seguir leyendo los mismos libros tantas veces, decidí escribir mis propias historias y hacer mis propios gráficos. Ahí descubrí lo mucho que me gustaba dibujar, y hacer pequeñas historietas en mi cuaderno (creo que por eso no hacía los deberes de la escuela).  Fui creciendo y llegó el romanticismo a mi vida, llegando también mi primer diario, y mi primer cuaderno de poemas (ambos aún los conservo).
Ahora hay algo más que descubrí, otra clase de arte que me apasiona y estoy aprendiendo, una forma de ver la vida distinta a los demás, que puedo compartir también, y eso es la fotografía. Quise entrar a una clase pero no se ha dado aún el momento, en todo caso lo estoy aprendiendo sola, con tanta información se pueden hacer muchas cosas. Voy a publicar ciertas fotos que me encantan y que demuestran como veo a las personas que hacen mi vida más hermosa, y los lugares que le dan color.  Iré publicando más en otras entradas... estas serán las primeras de mi blog ya que han sido las primeras que he tomado desde que compré mi cámara.  















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