jueves, 12 de enero de 2012

¿Qué escribir hoy?



Sí... tengo bloqueo mental. Es normal no? Pero es gracioso porque tengo muchos pensamientos en la cabeza sino que no los he ordenado.  Ahora, puedo escribir el que tengo en este momento, y eso es mi hermana Sarita.  Ella ocupa mucho espacio en mi mente, no lo voy a negar.  La conocí cuando tenía 4 años, en esa época yo me hice anoréxica, asi es, no comía nada, o bueno hiporéxica, comía pizza que vendían en el Comisariato, y mi biberón de leche... ya ya, lo admito, seguía tomando biberón, y lo hice hasta los 7 años! Capaz seguiría (porque sabía más rica la leche ahí) sino que mi mamá lo quemó, no sé si a propósito o por olvidadiza pero se rebeló y se negó a comprar más, asi que aprendí a tomar leche en vaso y luego poco a poco a comer.  En todo caso, mi hermanita llegó a la casa y yo era la ayudante de mi madre.  No recuerdo bien cuando la vi por primera vez, pero recuerdo cuando era bebé y me impresionaba lo rápido que crecía. Y es cierto,  los bebés crecen muy rápido los primeros 12 meses, de un momento a otro se sientan, después se paran y al rato caminan.  Así que para mi en un abrir y cerrar de ojos caminó y empezó a hacer horrores por toda la casa.  Recuerdo la primera vez que se bajó de su cuna solita.  Estábamos viendo televisión con mis papás en su habitación y ella apareció.  Yo asustadísima, pensaba que le podría haber pasado algo, pero luego me dio mucha risa.  Y la vez que casi se muere por haberse comido 8 pastillas de vitamina B creyendo que eran tic-tac. Esa fue la mañana que desperté con mi madre sosteniéndola en sus brazos sobre el lavabo del baño mientras la hacía vomitar para que elimine todo.  Luego la recostó sobre la cama a mi lado y ella empezó a convulsionar.  Claro, yo no sabía que pasaba y empecé a reírme, pensando que era otra de sus payasadas. Pero me di cuenta que no cuando mi madre empezó a gritar y me hizo correr hacia el carro, me sentó en el lado del copiloto y en mis piernas colocó a mi hermana que estaba con los labios morados. Estoy segura que no respiraba, no se movía, y yo no sabía que hacer, sólo la movía y la cacheteaba a ver si reaccionaba, pero nada.  Llegamos al dispensario que gracias a Dios quedaba a pocas cuadras de la casa y mi mamá entró corriendo con ella.  Yo sólo me quedé sentada en el carro esperando.  Las señoras de la farmacia de al lado me dijeron que vaya donde ellas y que me siente ahí.  Me dieron una pastilla de quien sabrá que, y esperé en una silla.  No sé cuanto tiempo pasó hasta que llegó mi tía Violeta, prima de mi papá, la cual me llevó a cambiarme de ropa y a su casa.  Eso fue la felicidad para mi porque ahí estaba mi prima Annabelle, y esos dos días que pasé con ella y mis otros primos fueron muy divertidos.  No es por mala, ni que me olvidé de mi hermana, sino que en mis cortos e inmaduros 6 años de edad, yo pensaba que en el momento que llegó a la clínica ya todo se solucionaría y estaría salvada.  Y así fue, no me equivoqué, uf! sino que cargo de conciencia tendría ahora.
Esa es una de tantas situaciones que he pasado con mi hermana.  Al comienzo fue como mi hijita, mi engreída, mi payasita, pero fuimos creciendo y se convirtió en la metida que quería estar en todo y me dañaba mis juegos,  después llegamos a la adolescencia y ahí fue mi compañera de farra, mi ñañita divertida, empezamos a ser amigas, y mientras pasaron los años se fue convirtiendo en la mejor amiga que me ha dado la vida.  Ahora no sé que haría sin ella, ya no vivimos juntas, pero siempre lo estamos.  Con sólo una mirada ella sabe como me siento y viceversa, y si algo me sucede, sea bueno o malo, ella tiene que saberlo porque sino es como si no hubiera pasado. 
Mi hermana es una persona especial de verdad, de esas personas poco comunes, que tienen la sensibilidad a flor de piel y puede notar si una persona es real o está actuando, si tiene buenas intenciones o no, y es de esas personas que puede hacer que hasta la persona más parca y desconfiada, le confíe a ella todas sus intimidades.  Su gran virtud también es su gran defecto: el lograr que todos quieran estar cerca de ella, ya que eso ocasiona mucha envidia a su alrededor, razón por la cual ha perdido a muchas "amigas".  Ella sabe amar muy fuerte y profundamente, es una de las mejores madres que conozco (incluída la mía), y yo la admiro mucho. Creo que ni ella sabe de todo lo que es capaz, siento que le falta un poco esa seguridad, es como si ignorara lo fabulosa que es.  Pero trato de decírselo siempre que puedo para que lo sepa y empiece a creerlo.
No sabía que escribir hoy, y pensar en ella fue la mejor idea que se me pudo haber ocurrido, gracias una vez más Sarita, me sigues haciendo sonreír y te amo siempre.

3 comentarios:

  1. Efectivamente, Sara es brillante, pero solo cuando ella quiere. A veces, los padres necesitamos morirnos para que los hijos descubren todo su pontencial. Especialmente los padres como yo, que protegemos demasiado a nuestros hijos. Todavia no me voy a morir, porque estoy en una mision en la tierra, no solo con mi familia, sino con el mundo entero. Muy pronto, Sara seguira mis pasos, de una manera mucho mas efectiva. Ella se esta preparando para aquello. y asi, Pablo Andres y Nikolas, estaran tambien ahi, cuidando el jardin que nos dio esa energia inmensa, inimaginable a la que pertenecemos todos, y llamamos Dios. Andrea, es una doctora ejemplar, una gran escritora, artista plastica, musica y cantante, tiene todos los dones. Su alma y su energia irradian positivismo y salud. Ella es el mejor ejemplo a donde debemos llegar todos los seres humanos.

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  2. Que bonito tu escrito sobre sarita , y si es verdad siempre queria estar en nuestros juegos jajaja. Te entiendo perfectamente no hay cosa mas maravillosa que el amor incondicional entre hermanos. Besos y viva la familia

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  3. gracias papá y Annabelle, me alegro que les haya gustado, esa Sarita me sacó canas verdes en su tiempo, (a todos creo jaja) era tremenda, pero también siempre fue una excelente persona, por eso la adoro a mi gordita, ah! y también me encantó recordar los momentos que pasamos en tu casa, sí que nos inventábamos los mejores juegos. Besos y !sí! !Qué viva la familia!

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