miércoles, 13 de enero de 2016

MIS PENSAMIENTOS MIENTRAS CAMINO

Esa noche caminé y seguí caminando hacia una libertad que no sentía hace mucho.   Llevaba días con gran incertidumbre, pensando demasiado las cosas. Realmente todo cambia en el momento en que te pones un par de zapatos deportivos y una malla, sin maquillaje, ni un millón de vinchas para evitar que se te vea despeinada. Qué más da, una cola de caballo es suficiente para no sentir el pelo en la nuca ni en la frente tapándote los ojos. Así que salí rápidamente con mi celular conectado a unos audífonos y acto seguido puse play a mi playlist de ITUBE, el cual ya está muy escaso de canciones para este menester. Y caminé, transformando en un video musical todo lo que se cruzaba por mi campo visual. Respiré profundamente y sonreí.  Lo primero que sentí fue fortuna, por poder hacerlo, sin mucha meditación ni análisis. No podía sentir más claridad, ni tener la mejor actitud. Se me pudo haber cruzado la persona más odiosa e insufrible que yo la habría recibido con una sonrisa.  Y pensaba, por qué a veces es tan difícil tener esa actitud, ver la vida como una fiesta y alegría constante.  Y la respuesta es que sino, no creceríamos. Y qué es lo tan maravilloso de crecer? Por qué tenemos que crecer? Por qué no podemos seguir a los 40, 50, 60, 70 años, jugando a las escondidas con nuestros amigos, en vez de sentarnos con una cerveza o un vino en la mano y conversar trivialidades que no mejoran ni resuelven ninguno de los problemas mundiales?  Eso quería hacer cuando era pequeña, no parar de jugar hasta el fin de mis días, con todos mis amigos y la gente nueva que conociera. Nunca comprendí por qué las personas tenían que perder su tiempo sentadas hablando y hablando, qué aburrido! Hasta que me convertí en una de ellas, me senté, tomé vino y hablé.  Aunque más que hablar me gusta escuchar.  

Escuchar a alguien que está apasionado por algo por lo que vale la pena estar apasionado es lo que más me gusta. Que me cuente su historia de forma elocuente, con buena actitud, y si la historia es triste, ser el testigo del cambio de su rostro, del tono de su voz, plasmando su dolor y decepción en ellos y si es graciosa sentir esa carcajada fluir sin ningún tipo de obstáculo, sino tratando de evitarla para no perder el hilo de la historia, hasta que termina y poder soltarla. Ese tipo de charlas, en las que conoces realmente a alguien, son las que puedo cambiar por un juego, y me puedo mantener toda la madrugada, sin un sólo bostezo, esperando que nunca acabe y alargando las horas. Así que mientras caminaba lo comprendí.  Crecemos para dejar de jugar a las escondidas, pero no dejamos de jugar, cuando tenemos una noche magistral, con risas y cuentos en los que te imaginas todos sus personajes y el lugar donde se lleva a cabo la historia, sigues siendo un niño y sigues jugando.  

Se aclaró mi pensamiento sobre eso y llegué al parque donde realicé ejercicios con unos aparatos que ahora han colocado en los parques de la ciudad. Ahí recordé la última cita que tuve, y lo bien que estuvo, pero después de varios encuentros las citas terminaron de un momento a otro.  Me cuestioné mi decisión de terminarlas,  pero me di cuenta que por primera vez seguí mi instinto, y eso no es un error, porque muchas veces lo ignoré y pasé días, meses y años en situaciones innecesarias que pude evitar. Lo que pasa es que no me gusta acobardarme y dejar las cosas sin tener la esperanza de que mejorarán, pero no es así, no es cobardía. Lo que no debe ser no será y el destino se encarga de mandarte todas las señales, por muy pequeñas e insignificantes que parezcan, si te llegan y te chocan, es porque no debes ignorarlas, algo te quieren decir. El dejar algo, también es un riesgo, se siente así, puesto que puede ser que dejaste pasar algo que pudo haber sido mejor de lo que te imaginabas, quien sabe, somos humanos y es lógico equivocarnos. Pero no hay que temer, porque si es con la mejor intención, y sabes lo que quieres, así parezca que exageras, no te estás conformando con menos de lo que realmente mereces.

Luego escuché a Mazzy Star, "Fade Into You", una canción que te transporta sin necesidad de sustancias alucinógenas, ni de otra índole. La música realmente puede llevarte a sitios que sólo se encuentran en un subconsciente que no sabías que tenías.  

Todas las noches sueño mucho, a veces no entiendo mis historias, pero definitivamente me despierto con los sentimientos que dichas historias me proyectan. Después las analizo, si es una historia que me gusta mucho, trato de dormir otra vez y continuarla, a veces lo logro. Si es una historia angustiante, prefiero preguntarme para qué soñé eso, que puedo tener en mi cabeza? significa algo? Después lo olvido y sigo en la realidad. Siempre la realidad es mejor que la ficción, puesto que sorprende cuando suceden cosas que no esperábamos. Aprendí a no tener expectativas de nadie, pero sí de la vida, que se presenta cada día de forma distinta. A veces creemos que no cambia, que todo es una rutina, pero no es así. Nosotros la convertimos en rutina. Todos los días no vivimos igual, no pisamos la misma baldoza de la misma forma, no hablamos con las personas con las mismas ganas. Podemos hacer cambios, sólo que a veces tenemos mucha pereza.  Lucho contra eso, con la edad te fijas más en como llevas tu vida, y lucho contra el aburrimiento y la rutina. Hasta la forma de relajarnos puede ser diferente, si repetimos una película podemos ver otros detalles que antes se nos habían pasado por alto. 

Sólo son ideas que tengo mientras camino. Llego a la casa y me pego un rico baño. Mañana o pasado caminaré pero seguiré una dirección diferente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario