jueves, 14 de abril de 2016

LA ROSEOLA

Los niños se enferman, el primer síntoma suele ser fiebre. Pero ¿qué pasa cuándo sólo es fiebre? No tiene otras molestias, ni tos, ni moco, ni diarrea, nada. Van al pediatra y no le encuentra nada relevante en el examen físico. Les dice que probablemente es un virus y que hay que esperar para ver como evoluciona, que sólo hay que controlar la fiebre con medios físicos y medicamentos.  Algunos padres no quedan del todo satisfechos, quieren saber exactamente que tiene su hijo, que le causó esto y el escuchar "probablemente es un virus" no les quita la angustia. 
Entre los 3 meses a los 4 años de edad es muy común que esto suceda. A los padres quiero decirles que al menos el 70% de las fiebres de su niño es ocasionado por un virus, así que cuando el pediatra dice "es un virus" está en lo cierto, y cuando dice que "hay que esperar" también está en lo cierto. La paciencia es una gran virtud en estos casos, y más que preocuparse hay que ocuparse siguiendo sus instrucciones. 

Uno de los virus más comunes es el que ocasiona la ROSEOLA, también llamada EXANTEMA SUBITO (pronto entenderán por qué tiene el "súbito" en su nombre). Esta se presenta con fiebre, muchas veces sin ningún otro síntoma, a veces puede haber diarrea, ojos rojos, tos, pero no siempre es así. Y el cuarto día que la fiebre ha desaparecido, pum! SUBITAMENTE aparece un rash o erupción que empieza en el tronco y se extiende a las extremidades y a veces a la cara. Ese es otro susto que pueden tener los padres, pero no se preocupen, es normal y desaparecerá en 1 a 3 días. 
Qué hacer? Sólo controlar la fiebre y cualquier otro síntoma que tenga. Para la fiebre el paracetamol, los medios físicos, la hidratación, para la diarrea o tos (si los presenta) hidratación también y si el pediatra considera dar algo para la tos, se lo prescribirá, si hay picazón le podrá enviar algún antihistamínico. Cabe indicar que el médico debe ser el que le dicte las dosis de cada medicamento ya que se debe procurar no intoxicar. El paracetamol por ejemplo, si se da a dosis muy excesivas puede causar daños hepáticos irreversibles, por lo que tengamos en cuenta que es preferible que el niño tenga fiebre a que se exagere con el medicamento para bajarla. La fiebre no es nuestra enemiga, recuerden eso. 
La información y comunicación que tengamos con nuestro pediatra, nos dará un gran alivio para poder manejar cada enfermedad con eficacia y conocimiento. Google no les dará las respuestas sino su médico de confianza. Un abrazo y mucha salud! 



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