sábado, 26 de noviembre de 2011

RECORDANDO A MI ABUELITO LUCHO


Abuelito Lucho con abuelita Leonor
El 24 de Noviembre del 2011 fue una fecha importante para toda la familia. Mi padre cumplió otra de sus metas más deseadas, le realizó un Homenaje Póstumo a su padre, mi abuelo Luis Martínez Moreno, en el museo LANN (Luis Noboa Naranjo).  Me siento muy afortunada de haber podido acompañarlo en ese día, pero por mi trabajo no pude llegar al momento de la entrega de la Mención de Honor, no pude recibirla y no pude decir las palabras que tenía muchas ganas de decir sobre mi abuelo. En fin, mi hermana sí la recibió y dijo hermosas palabras sinceras y sentidas que le fluyeron en el momento. De todos modos lo que tengo que decir de él está aqui, y no lo dije ahí pero lo digo acá. Esto es lo que quería decir esa noche si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo:

"Es un honor para mi recibir esta mención que se le realiza a mi abuelito, en nombre de sus nietas, bisnietos, esposa e hijos, y agradezco a mi padre el haber realizado este homenaje, sé lo importante que es para él, y que puso todo su corazón en este evento, es una misión que ha hecho realidad. Mi abuelo siempre me decía lo orgulloso que estaba de él y lo mucho que lo admiraba, y puedo asegurar que esta ocasión no es la excepción. Alguna vez leí que "El hombre que honra a sus padres, tendrá una vida larga y feliz" , yo creo que eso es cierto por lo que siento mucha satisfacción y alegría por mi padre.

Cuando hablo de mi abuelo Lucho se me vienen muchos nombres, porque tuvo muchos, entre esos destacan Zalacaín, Don Lucho, El Chileno, pero para mi era simplemente mi abuelito Lucho, y la primera imagen que se me viene a la mente con ese nombre es la de él sentado en el sillón de su casa, usando su guayabera, con libro en mano, cerca de la puerta de entrada, puerta que estaba siempre abierta para su familia, amigos y todo el que quisiera conversar con él, recibir un consejo o ser escuchado.  El recibía a todas las personas por igual, como el mejor y más fantástico anfitrión que todos sabemos que fue. Yo como su nieta recibí su amor y cariño de abuelo, sabía lo que me gustaba por lo que me esperaba con mi comida favorita, me preguntaba sobre mis sueños, mis estudios, mi trabajo, mis pensamientos. Y mientras fui creciendo fui conociéndolo un poco más y pude descubrir el auténtico personaje que era, no sólo para mi sino en el campo artístico en este país e incluso fuera de él . Me siento privilegiada por haber tenido la oportunidad de pasar esos momentos inolvidables de largas conversaciones con él, y de llegar a una fase de mi vida en que haya podido valorarlo, ya que cuando uno es muy joven, da muchas cosas por sentado.

 Era un excelente oyente, atento a todo lo que tengas que decir, en su presencia eras la persona más importante e inteligente, así es como te hacía sentir, y sus acotaciones u observaciones eran precisas y objetivas, con su toque de cariño y dulzura y si era necesario para el caso, te lanzaba alguna que otra cita literaria. La mejor lección que él me dio fue que no importa la ideología que tengas en cualquier aspecto de la vida, lo importante era saber respetar a los demás, sus opiniones e ideas, a exponer las tuyas sin temor, pero sin deseos de ofender, sino tratar de conciliar, de resolver y vivir con tu ejemplo lo mismo que predicas. Así fue como él vivió, un hombre sensible, sencillo, intelectual, pacífico, austero, honesto, creativo, filántropo, que demostró con su vida como él quería que fuera el mundo: un mundo sin egoísmo, humanista, amante de la naturaleza; artístico, de progreso en conjunto. Parecía una utopía, cuantas veces habrá escuchado eso, no lo sé, pero nunca dejó de creer, sólo las personas que buscan y hacen y crean son aquellas que retan a  nuestra mente y sentimientos, que movilizan el mundo y crean una bola de nieve que no deja de crecer manteniéndose en nuestros recuerdos por siempre. Así es como recuerdo a mi abuelo..."

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