viernes, 11 de mayo de 2012

DEJAR VIVIR



He estado leyendo y observando en los medios de comunicación sobre la legalización de los matrimonios homosexuales y esa polémica tan grande que ha despertado en todo el mundo, pero sobretodo en los países sudamericanos, llamados también el "tercer mundo". Y me pregunto: ¿Por qué nos siguen llamando así? Y la respuesta es muy obvia: porque no estamos escalando posiciones en ningún aspecto, ni económico, ni político, ni cultural, ni natural.
Yo soy una mujer heterosexual, he crecido en una familia conservadora, a excepción de mi padre, con una abuelita que me llevaba a la iglesia cada domingo, a la cual fui principalmente por el temor de quemarme en el infierno, y por lo cual me confesaba cada mes con mucha vergüenza sobretodo cuando tenía que contar que le pegaba a mi hermana, que tenía pensamientos impuros o faltaba a misa un domingo.  El ambiente donde crecí era muy machista, no había sitio para ningún homosexual, peor si era hombre, si hubiera pasado sé que mi abuelito podría haber sufrido un infarto de la furia o talvez lo habría exiliado de la familia. Hubiera sido una tragedia completa.
Pero a pesar de todo ese ambiente anti rainbow, nunca sentí una aversión por estos chicos/as alternativos, más bien todo lo contrario, y además siempre sentí que era bastante injusta esa forma de discriminarlos, y esos obstáculos innecesarios que tenían que superar toda su vida. Es que digan lo que digan, hagan lo que hagan, no podemos negar que la homosexualidad existe, que no ocasiona terremotos o huracanes, que está en muchas personas fascinantes y que son seres humanos iguales a ti y a mi que quieren vivir su vida a costa de nadie. Todos se preguntan, pero ¿Por qué sucede? ¿Nacen o se hacen? ¿Es genético? ¿Tiene cura? Pues estamos en el siglo XXI, con el avance tecnológico y científico a millares surgir, y aún no hay una respuesta definitiva a esas preguntas. Así que ¿Para qué atormentarnos? Aqui están, son nuestros amigos, hermanos, primos, sobrinos, hijos, padres, abuelos y podemos estar tranquilos porque no tienen una enfermedad mortal, y tenemos la llave para hacerlos felices con sólo quitarnos ese metal que limita la expansión de nuestro cerebro y así poder entenderlos y dejarles tomar su lugar en el mundo, porque también es de ellos.
Hoy una amiga católica me dijo que este mundo está peor que Sodoma y Gomorra, no lo niego, puede ser que sí, pero no es culpa de la homosexualidad, es culpa de la violencia, del odio, del atropello, de la corrupción de mentes y ambientes, de la maldad que vive en todos nosotros, seamos o no gays. Y bueno si las vamos a poner de ejemplo, recordemos que, según la biblia, esas ciudades  fueron destruídas por la perversión sexual tanto homosexual como heterosexual y por su falta de amor al prójimo.  Es así como el mundo está peor que Sodoma y Gomorra , porque no nos respetamos y aceptamos, porque vivimos con prejuicios y nos creemos dueños de la verdad, de ahí nace todo el sufrimiento y la violencia de nuestra historia. 
Una vez que encontremos ese equilibrio, de permitir vivir a otros a su estilo, *de aprender a querernos como seres humanos, como hermanos, de ayudarnos en vez de empujarnos, de unirnos en vez de perseguirnos, pues muchos problemas se resolverían, pero querremos hacerlo o seguiremos siendo tan orgullosos y prepotentes que preferimos continuar sintiéndonos jueces de otros?  
*IMAGINE J. Lennon 

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